' El Rincón Zaragocista: INTENSIDAD Y EMOCIÓN EN LA ROMAREDA

lunes, 4 de enero de 2016

INTENSIDAD Y EMOCIÓN EN LA ROMAREDA


Demasiadas cosas por contar en un partido al que por bien o por mal no le faltó de nada. Quizás para mucha gente el empate sea el resultado más justo, porque unos dominaron y los otros supieron anteponerse a las adversidades. Sin embargo mi opinión varía de este argumento, ya que una decisión arbitral puede cambiar el matiz de un partido en sólo un segundo y así se produjo. La expulsión de Ángel fue justa, el jugador erró con su actitud cuando se veía claro que el equipo oscense era propenso a crear ese tipo de situaciones. El árbitro no quiso entrar a acabar las tanganas mucho antes, ni quiso poner fin a las provocaciones antideportivas que se estaban viendo sobre el terreno, por muy cerca que él y sus jueces de línea las contemplaran. Su ineptitud hizo aumentar una rivalidad que no todos queremos tener.

Antes de entrar en el partido en sí, también quería hacer una mención especial a Anquela, un técnico al que he defendido y halagado siempre y, que a partir de hoy, no volveré a hacer. La S.D. Huesca ha mejorado con él, ha ganado control y eficiencia, pero aun así me siento decepcionado por un técnico que fomenta la antideportividad por no saber frenar a sus jugadores. Un técnico es un líder, señor Anquela, y yo lo que vi de sus pupilos es una vergüenza que achaco a quien los dirige. Yo no apoyo ni divulgaré este tipo de fútbol.

Sobre a lo que al encuentro se refiere, se esperaba un Real Zaragoza diferente al de Popovic y así fue, Lluis apostó por alinear a Jorge Ortí por detrás de Ángel, una apuesta demasiado arriesgada para su debut aunque meditada. A mi juicio, no funcionó mal en las tareas de enganche, pero la línea que mantenía él junto a Pedro e Hinestroza fue la más endeble del equipo, nula a nivel defensivo y con poca mordiente a la hora de atacar. El Real Zaragoza regaló el centro del campo al Huesca que los fue empujando contra las cuerdas. Cuando más merecía el gol el equipo visitante, Ángel sacó su calidad a relucir, volviendo loca a la defensa con una jugada individual y anotando el 1-0 en el minuto 40. Instantes después el delantero sería expulsado por formar parte de una tangana cuyas consecuencias nos perjudicarán para el partido siguiente.

Tras el descanso y con uno menos, el partido siguió perteneciendo a la S.D. Huesca, pero sus disparos lejanos no creaban una situación de auténtico peligro. En el 52 vino el segundo experimento de Lluis, jugar sin punta, retiró a Ortí y dio entrada a Diamanka que ejerció de jugador más adelantado, el equipo no salía de su campo y lo acabó pagando con dos goles en menos de 5 minutos. Lluis reaccionó, cosa que suelen hacer los entrenadores cuando pierden pero de lo que no estábamos acostumbrados a ver el La Romareda, y con su segundo cambio dio entrada a Ortuño que nada más pisar el campo empató el encuentro.

Con Diamanka volviendo a su posición en la medular y Ortuño de ariete, el Real Zaragoza dispuso de sus mejores minutos sobre el terreno a pesar de estar con uno menos. El premio a la intensidad y al esfuerzo llegó en el minuto 73 con un disparo desde la frontal del área de Diamanka que ponía el 3-2 en el marcador. Pero la fatiga de jugar más de 40 minutos con uno menos hacia mella en las piernas de los jugadores. Ortuño tampoco demostró tener un buen fondo físico, lo cual explicaría su suplencia, sin embargo a la hora de atacar mostró tener más cabeza que nunca, conteniendo bien el balón y sabiendo sacar rendimiento a su corpulencia.

En los minutos finales y a pesar de estar ambos equipos con diez tras ver Fran Mérida su segunda amarilla. El Real Zaragoza pecó de falta de rasmia, un disparo de Morán en una contra, donde se podía haber rasgado más segundos si hubiera pasado a Rico, acabó con un córner. En ese saque de esquina, no se supo arañar tiempo al crono y el partido finalizó con un córner en el campo contrario que desembocaría en el 3-3.

Pocas conclusiones se pueden sacar del nuevo técnico debido a las circunstancias del partido. Ante la ausencia de Sergio Gil y procurando evitar devolverle el protagonismo a Diamanka antes de tiempo para así protegerlo de una recaída, probó con Jorge Ortí, que a mi gusto no desentonó, visto el fondo de armario de este equipo y de los pocos minutos que ha jugado hasta el momento. Puede que la intensidad del conjunto maño fuera más obra de la rabia y la provocación de su rival. pero los cambios y la reacción provocada por ellos también es producto del entrenador. Aun así, es pronto para valorar el trabajo del míster.

Próximo partido, el domingo a las 12 de la mañana en el Carlos Tartiere contra el Real Oviedo.

¡Siempre Real Zaragoza!
 

3 comentarios:

  1. Yo no voy a comentar el partido solo la jugado del 3 gol del Huesca, que en el minuto final un jugador en el area pequeña controle el balón remante y no haya ni un solo jugador q al menos tapone el tiro es de juzgado de guardia, yo soy el entrenador y lo ven 200 veces como mínimo, esa jugada es imperdonable. La defensa en general q se ate los machos porq llevan unos partiditos...

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    1. Razón no te falta. Yo aún sigo sin entenderlo, tras hacer lo más difícil, semejante fallo de concentración.

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  2. La defensa ha vuelto al paupérrimo nivel del año pasado. Inexplicable. Y eran los titulares, a saber qué leches les pasa. Con el porterazo que tenemos a poco que se centraran sacaríamos muchos partidos adelante. Que un balón colgado al final siempre represente una alta probabilidad de peligro es inadmisible en este equipo, y ahí Carreras se debe hacer notar a partir de ya.

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