DICHOSOS LOS EXPERIMENTOS PORQUE LLEVARÁN AL BANQUILLO A QUIENES SE LO MERECEN

Espantoso partido el que jugó ayer el Real Zaragoza contra el Real Oviedo. Faltó implicación, escaseó la ambición y se perdió toda ilusión. Recordando a aquel partido de hace jornadas en que el conjunto maño perdió contra la A.D. Alcorcón, ayer me pareció ver ese mismo partido con idéntico resultado, 1-0.

Tras las críticas recibidas por su experimento pasado, Lluis Carreras no quiso arriesgar, sacó a los de siempre, a los que debe sacar, a los que tienen nombre, a esos que salen guapos en las fotos y  han vendido alguna camiseta con su dorsal. A esos jugadores a los que hay que decir "ya basta" y que si van a seguir jugando así, no merecen vestir la camiseta de este equipo. Especialmente me refiero a esos tres centrocampistas que recorren la banda, bueno digo recorren como podría decir deambulan. Y sí, he dicho tres, no me dejo al suplente que ya caló Popovic y que sigue igual, demostrando tener unas ganas locas por ser titular (modo ironía on).

Los experimentos de Lluis, tan criticados por los medios e incluso tomados con mofa, que sólo han servido para centrar las miradas en los jugadores equivocados, los que puede que no solucionen nada, pero desde luego, de ninguna de las maneras forman parte del problema. Ojalá Lluis experimente más y veamos a jugadores que para ellos vestir la camiseta del Real Zaragoza, sea una oportunidad, un honor y un privilegio. Porque lo de ayer llegó a tomadura de pelo, hasta el punto de que no me importaría ver este mes de Enero a Narciso Juliá con la tijera, porque ya no existen los intocables, a partir de ahora, sólo deberían existir los implicados, aquellos jugadores comprometidos que deseen acabar esta campaña con la cabeza bien alta, sin perder la vista de playoff, por lejos que esté, y con las intenciones de continuar la temporada que viene defendiendo la misma camiseta. El resto ya saben donde tienen la puerta.

Hablar del juego de este equipo, especialmente del de carácter ofensivo, es como hablar de las fotos que figuran en una novela, todo fachada, inexistentes en su argumento. Y es que mientras veía pases de tacón al rival y regates dejándose el balón atrás, me acordaba de otros jugadores que quizás critiqué por su individualismos pero que jamás puse en duda su implicación, sin embargo las lesiones no hacen distinción en eso, aunque no es casualidad que quien más toque el balón sea quien más patadas reciba. Hoy por hoy, ya sabemos quién no se va a lesionar.

Yo soy del Real Zaragoza y por ello no voy a elogiar  y adular a los jugadores del Real Oviedo, aunque me provoquen envidia. Lo único que puedo hacer como aficionado, es acudir a La Romareda el sábado que viene a las 6 de la tarde, en el partido contra el Llagostera, y recibir con un aplauso a todo aquel que quiera jugar. A los Ortí, Gil, Buenacasa, Tarsi y a todos los que entiendan que llegar hasta aquí es un privilegio que no hay que desaprovechar, una oportunidad en la que hay que darlo todo para seguir alargándolo el mayor tiempo posible. Por eso, me gustaría transmitirle el siguiente mensaje al entrenador: "Por favor Lluis, sigue con tus experimentos".

¡Siempre Real Zaragoza!