OPORTUNIDAD PERDIDA

Mal partido el que jugó el Real Zaragoza en el Ciudad de Valencia, en el que se mereció de todo, menos ganar. No pareció en ningún momento que este equipo se jugará la vida en el partido de ayer, más bien lo contrario, daba la sensación que el Levante era el equipo necesitado de los tres puntos. Luego en la segunda parte, con la expulsión de Diop el conjunto granota bajó el nivel y se dedicó a defender el resultado.

Y es que la primera parte fue horrible, para olvidar, el Real Zaragoza no creó peligro y al Levante le anularon un gol, cuyo fuera de juego habría que mirarlo detenidamente y desde varios ángulos, pero donde Gil Manzano erró claramente fue en el penalti no pitado por mano de Fernández.

Nada más comenzar la segunda parte, Diop fue expulsado por una patada no intencionada a Víctor, de éstas que el reglamento marcan roja, pero que cada árbitro decide el color de la cartulina, fue roja y el Levante en el minuto 7 se quedó con un hombre menos.

Con el Real Zaragoza en superioridad numérica, es el momento de analizar al equipo tácticamente. Jiménez apuesta por abrir el campo y jugar por las bandas, Rodri que ya no tiene que hacer ese trabajo que desgasta tanto al equipo rival adelanta su posición para acompañar a Postiga en los posibles balones aéreos. La idea es lógica pero los balones no llegan.

Entonces llega el cambio, con el Levante atrás, Jiménez sienta a Montañés, pensando que con tantos rivales defendiendo, un jugador que tiende a meterse por el interior y a centrar poco, no es el que necesita en ese momento el equipo. Opta por Carmona, el cual ha jugado pocos minutos en esta liga, pero que él conoce bien de los entrenamientos.

Pero el problema no es Carmona, el problema es que con Rodri adelantando la posición, hay un espacio enorme entre el doble pivote y los delanteros, lo que hace que el balón nunca pase por ahí. La inexistencia de un mediapunta evita balones en profundidad y disparos en la segunda línea. Para colmo abrir el campo por las bandas es ineficaz porque nadie se atreve a hacer un pase de 15 metros, por lo que el balón tiene que pasar por el círculo central, de éste que recibe ahí a su compañero en el doble pivote y finalmente a la banda. Juego previsible e ineficaz.

Teniendo a Loovens con molestias Jiménez opta por hacer el segundo cambio, quedando prácticamente un cuarto de hora para el final del encuentro. El elegido es José Mari, con lo cual si el equipo va mal, Pintér se puede acoplar al centro de la defensa, si el equipo va bien establece una defensa de tres y, por delante, un doble pivote defensivo, adelantando Apoño su posición y cubriendo ese hueco comentado antes. Planteamiento correcto pero poco arriesgado, Apoño arriba hace más daño y la segunda línea empieza a crear peligro, con los disparos de José Mari y Rochina que entraría en los minutos finales.

Para colmo Rochina entra a falta de 10 minutos, cuando era el jugador que por calidad técnica más daño podría hacer, ofreciendo pases en profundidad como enganche y disparos desde la lejanía.

Jiménez debió atreverse a haber ido a por el partido nada más quedarse el Levante con diez y, sin embargo, se dedicó a ir ensamblando piezas poco a poco que mantuvieron la dinámica de un equipo predecible sobre el terreno de juego. Lo que en resumen se define como una oportunidad perdida.

Próximo partido Real Zaragoza contra el Atheletic de Bilbao en la Romareda el domingo a las 7 de la tarde.