ARTÍCULOS RINCONEROS # 6

Artículos Rinconeros es una sección en la que vosotros, los rinconeros podéis ver publicados vuestros textos. Para ello, enviádnoslos a elrinconzaragocista@gmail.com, ¡los esperamos! Hoy soy yo quién le da al teclado con un tema que algunos parece no quieren ver, y quizás resuma lo que el Real Zaragoza era antes.

VENDER O NO VENDER, HE AHÍ EL DILEMA

Viendo que un par de comentarios en Twitter sobre el tema han llamado la atención, creo que se podría desarrollar un poco. A raíz de la polémica surgida con blindar a Víctor Rodríguez, ha saltado la idea de qué pasaría si nos lo quitan. Haciendo un poco de memoria, me viene algo que comentamos hace mucho tiempo, que el Real Zaragoza era un equipo vendedor.

Quizás algunos recordéis que Cafú, un jugador con un palmarés impresionante jugó en 1995 en el Real Zaragoza, por donde pasó sin apenas ser notado. ¿Qué pasó entonces? El Real Zaragoza tenía una plantilla que ilusionaba, donde ganarse un puesto era complicado por poseer jugadores asentados.

En lo que se podrían llamar “los buenos tiempos”, el Real Zaragoza apostaba por jugadores desconocidos que terminaban consagrándose (podemos recordar a muchos latinoamericanos que dejaron buenas sensaciones en La Romareda), con un coste inicial bajo y que cuando se decidía su marcha dejaban sus buenos millones en las arcas. Otra opción era la cesión o la contratación de jugadores que los grandes descartaban, y que aquí lograban demostrar un nivel que a posteriori hacía que volvieran a interesarse en ellos,  llegando incluso a repescarlos.

La cosa funcionaba. Conforme avanzamos en el tiempo todo cambia. A la muerte de Alfonso Solans senior, su hijo, también con el mismo nombre, intentó seguir con esa tónica, pero algo había cambiado algunos de los jugadores que llegaban no daban el rendimiento esperado, y por el motivo que fuera, las ventas de aquel entonces no parecieron rentables a la grada, por lo que todo esto acompañado de los resultados, creó un cisma.

¿Qué diferencia el fútbol de ahora con el de antes? Muy simple, que se ha convertido en un negocio. Cuando yo contaba con 14-5 años, las noticias deportivas hablaban de que los ojeadores de tal equipo habían descubierto una joven promesa. A día de hoy, solo se ve que el representante “x” ha colocado a tal jugador en tal equipo. No veíamos tanto periodo de adaptación de los jugadores, y la máquina ya engrasada tardaba poco tiempo en funcionar a pleno rendimiento.

Se puede decir que se han hecho intentos de ese estilo, como solicitar la cesión de una joven promesa, Marco Pérez. Analizando todo, cumplía varios requisitos, joven, desconocido… Pero luego lo vemos jugar y el chaval no pudo demostrar nada que cumpliera con las expectativas con las que se había vendido a la afición. Mi impresión personal sobre él, tras verlo jugar el primer partido es que estaba muy verde, muchos lo recordaréis. Con los posteriores mi miedo se confirmó, y no pude mas que lamentarme de que una promesa que nos vendían se iba a quedar en nada.

Ahora mi gran duda. Si yo que no tengo idea de nada, lo vi claro solo con los minutos que jugó, ¿cómo pasó los filtros de profesionales que se dedican a ello y acabó vistiendo la camiseta blanquilla? Luego quedaba el tema de su opción de compra. Para mí, como para tantos otros, supongo que era obvio que no se iba a quedar definitivamente…

De ahí mi indignación con la directiva pasada. El fútbol dejó de ser el tener gente de campo que investigaba y seguía otras ligas para juntarse una tarde de domingo en una oficina y fichar a través de vídeos o álbumes de cromos.

Aparte, la gestión ha de ser inteligente, y no repetir errores como contratos increíbles que luego tenían que romper a causa de la imposibilidad de colocar jugadores.

A día de hoy, presentamos una plantilla casi entera cada temporada, que tarda en funcionar y ha de ser revisada en el mercado invernal. Revisando las primeras declaraciones de Manolo Jiménez esta temporada, vemos que es algo que un profesional nota, y ya dejó claro que su proyecto no era para una temporada, sino para las posteriores, volver a crear un bloque que cada año necesite los mínimos retoques posibles.

Por eso mismo, llegamos al dilema. ¿Qué pasa si ahora empezamos a vender jugadores? Creo que hay que verlo bajo dos perspectivas distintas, la del forofo y la del contable. Por el lado del forofo ahora mismo vender es la peor idea. Por la del contable, quiero creer que también, pero con matices.

Tras lo que se ha pasado estos años atrás, el tener jugadores que nos ilusionan va a hacer que ni de broma queramos verlos en una despedida en sala de prensa. Lo más obvio es que para que un equipo como el nuestro recupere el nombre que siempre ha tenido son necesarios jugadores como los de ahora, quizás no los mejores en técnica, pero sí con una buena mezcla de arrojo, entrega y el nivel que demuestran. Parece que tienen un balance justo que tras los últimos partidos nos ha ilusionado.

En el lado contable, obviamente hay que mirar por las necesidades económicas. Si recordáis el planning económico que se hizo la temporada anterior a la concursal, era necesario sacar unos 8 millones en ventas por año para estabilizar la cosa. La entrada en concursal ha hecho que eso cambie, pero obviamente y aunque mejoraran las condiciones del contrato de televisión, dudo que pasemos mucho tiempo sin que una venta sea necesaria. ¿Vender ahora? De ahí mi querer creer que el contable no querría. Los jugadores acaban de llegar, y desde luego no han explotado. Seguramente se incurriría en el malvender, y posiblemente esperando un tiempo, obtendríamos más beneficios, lo que se rinde en el campo y lo que se deja después en caja.

Luego hay que pensar en que tras una venta, se pueden necesitar reemplazos, y ahí es donde volvemos a lo de siempre, si se conoce al jugador, si se ve el potencial real y no se  vuelve a fichar por fichar.

Mención aparte en nuestro caso el de la cantera del club. Ya es sabido que durante años no se la ha sabido llevar, y un alto porcentaje de promesas tomaron la decisión de irse, en lugar de esperar por si algún día tenían la suerte de que la cosa cambiara y por fin se tomara la decisión firme de contar con ellos. Lamentablemente, seguimos esperando que eso ocurra. Muchos equipos tienen en sus canteras una base firme de futuro, ya sea en la forma de ventas o jugadores que van a luchar con orgullo por su escudo, pero aquí parece que se descuida lo que es una de las inversiones más inteligentes posibles.

Para mí la conclusión es simple; vender, sí. Un equipo de fútbol no deja de ser una empresa, y las compra-ventas son parte de su mundo, pero con cabeza. Que nos dejen disfrutar un tiempo a los jugadores y que demuestren su calidad. Luego habrá que ver en qué condiciones se han de ir.