MIRA MAMÁ… SIN CENTROCAMPISTAS

Estaba claro que las ausencias en la Real Sociedad de Xabi Prieto y Chori Castro iban a mermar la elaboración del juego donostierra. Jiménez erró sacando demasiados hombres de contención en la media, pero ninguno para elaborar el juego, sólo Babovic, fuera de su posición natural, buscó distribuir el esférico. Pero salvo Postiga, porque Montañés se borró, se careció de calidad y ambición.

 

El conjunto maño salió con Roberto bajo palos, Paredes y Álvaro de centrales, Abraham y Sapunaru de laterales, doble pivote con José Mari y Zuculini, Babovic por delante de ellos para la organización, bandas para Montañés y Oriol y Postiga como hombre más adelantado.

Álvaro sigue siendo de lo mejor de este equipo, es un jugador atento y rápido, decidido a la hora de anticiparse y robar. Sapunaru demostró ser mejor en ataque que en defensa, donde tuvo algún que otro despiste a la hora de recuperar la posición. En el medio campo Zuculini no hizo un mal papel, pero buscó disparos o centros de manera precipitada, cuando siempre tiene cerca a un jugador mejor posicionado. Babovic tuvo destellos de calidad, se le vieron buenos pases, ganas por tener el balón y me sorprendió gratamente el verle hacer entradas para recuperar balones y evitar contras. Montañés disputó una primera media hora buena, participativo, encarando al lateral rival y yéndose de él en carrera, pero en la segunda parte se borró del partido y el equipo lo notó.  Más flojo estuvo Oriol, distinto al que acabó la temporada pasada, le falta concentración, e incluso forma. Álamo que lo sustituyó en la segunda parte, no aportó ninguna mejoría a la banda.

Los cambios de Aranda y Apoño una vez encajado el 2-0 fueron más bien anecdóticos. Se metió a un jugador tocado en el terreno de juego cuando ya el partido estaba perdido, un jugador bastante importante para arriesgarse a una recaída. Lo de Aranda tiene un mayor sentido, pero volvemos a lo de siempre, Postiga y Aranda juntos no funcionan, se pueden recuperar un par de despejes más, pero no hay conexión entre ellos, Aranda no sabe donde está Postiga cuando baja un balón aéreo, ni tampoco juegan con el suficiente dinamismo para mover la defensa buscando abrir huecos, ni hay balones a la olla para poder rematarlos. Da la sensación que más que un recurso trabajado y machacado en los entrenamientos, es un acto desesperado por cambiar el resultado, siempre adverso en las segundas partes, por lo que verlos en el campo juntos ha pasado por desgracia a ser el pan nuestro de cada día. Si tras 8 meses juntos no hay mejoría entre los dos delanteros, habrá que ir pensando si a Postiga un jugador como Babovic o Ortí puede darle mejor resultado.

Sobre la Real poco que decir, se llevó un partido sin prácticamente hacer nada, el primer gol viene en el minuto 55 de un saque de esquina que es rematado en el área pequeña, segundo gol que encajamos de córner en cuatro partidos. La táctica de añadir un defensor en el primer palo de momento no ha encontrado su fruto, además Roberto no sale a por el balón en los córners, por lo que una rosca hacia dentro en el área es un marrón con el que echarnos las manos a la cabeza. El segundo gol es un penalti estúpido cometido por Paredes 5 minutos después, de estos los equipos suelen hacer unos tres a lo largo de cada temporada, salvo a los dos innombrables que simplemente no se los pitan. El año pasado el Atlético nos lo hizo a nosotros, este año nosotros a la Real.

En vistas generales, fue un partido para olvidar, que esperemos poder lograrlo ganando a Osasuna el fin de semana que viene en la Romareda. Una victoria en casa frente a un rival directo alzaría el optimismo de todos, posicionándonos en la parte media de la tabla y mejorando los registros de 2 y 5 puntos obtenidos respectivamente, en las 5 primeras jornadas, por Gay y Aguirre en las temporadas anteriores.