NDRI ROMARIC: UNA DE CAL Y OTRA DE ARENA

Hablemos de Romaric, pros y contras del jugador marfileño. Romaric es un jugador fuerte, alto, 1.87, de 29 años, zurdo, con gran calidad en el pase, que destaca por su verticalidad. Cuando llegó a Sevilla se esperaba un Vieira,  un pivote defensivo con gran despliegue ofensivo, pero cada año que Romaric se presentaba a la pretemporada con el Sevilla, se le veía como un jugador lento y con algo de sobrepeso,  por lo que sus características defensivas se vieron afectadas y pasó a ser, manteniendo las distancias, un Riquelme. También saltó su fama de vida nocturna, pasando a convertirse en  un jugador que prometía en Sevilla para acabar siendo un descarte de alto sueldo al que tener que buscarle destino una temporada tras otra.

Supongo que la pregunta que nos haremos todos es la siguiente: ¿Romaric puede servir en el Real Zaragoza? Este año sí, en el pasado nuestros problemas defensivos se hubieran resentido con Romaric en la columna, mejor papel que Meira hará seguro. El más perjudicado con su llegada posiblemente sea Pintér, ya que son de características similares, jugadores altos con cierta lentitud, pero el marfileño posé más veteranía en primera y, como hemos mencionado antes, un mayor despliegue ofensivo, destacando a la hora de elaborar el juego. Por lo que viene a sustituir básicamente a Micael, el cual recordemos no defendió hasta los tres últimos partidos de liga, desentendiéndose de presionar y robar en la medular durante toda la temporada.

Jiménez tiene mucho trabajo si queremos ver al mejor Romaric en la Romareda, de momento, dudo que aguante 80 minutos en el terreno de juego, por lo que tendrá que trabajar la resistencia y la velocidad, precisamente lo que Manolo ha trabajado con la plantilla en lo que llevamos de pretemporada y que ya pensaba  dejar en un segundo plano.

Un jugador como él, atrevido y lento, puede ser una apuesta arriesgada,  capaz de revolucionarte el equipo o de chupar banco toda la temporada. Con Apoño también pasaron circunstancias similares a la hora de analizar sus fichajes, pero debido  a otras facetas más de carácter psicológico que físico, Apoño nos funcionó, veamos si Romaric también.

El mejor aval que tiene es Manolo Jiménez, precisamente bajo su tutela debutó en la Liga española, en 36 partidos un gol y 4 asistencias como centrocampista defensivo, el centrocampo era de Romaric, yendo de menos a más  y el Sevilla acabó tercero ese año. En la temporada siguiente Romaric no brilló como se esperaba, dando una de cal y otra de arena, el Sevilla quedó quinto y él, en 19 partidos, anotó un gol y una asistencia, no terminaba los partidos y llegó desfondado a final de temporada, sólo jugó 5 partidos completos, además Manolo había sido sustituido unos meses antes, dejando al equipo a mediados de marzo ocupando la quinta plaza.

En la temporada 2010-2011, ya sin Jiménez en el banquillo y con su bajo rendimiento, pensaron en buscarle una salida, pero su alta ficha no lo permitió,  siguiendo otra temporada más en el equipo de Nervión, 26 partidos 1 gol y 3 asistencias son sus números. Romaric demostraba síntomas de mejora pero no convencía a Manzano, una lesión en febrero frenó su buena racha. Tampoco fue del agrado de Marcelino, hombre rígido con aquellos que llevaban una doble vida, que se lo digan a Coentrao, por lo que su salida del club estaba clara.

En el Espanyol jugó 28 partidos, metió 3 goles y realizó una asistencia. Llegó a jugar 10 partidos completos, pero al final de temporada desapareció, puede porque se desfondara una vez más, o porque de quedar más arriba en la clasificación el conjunto perico hubiera tenido que pagar 2,5 millones por el traspaso del jugador. Pero el nivel del costa marfileño durante los primeros partidos había llevado al Espanyol a ser uno de los equipos más destacados durante la primera vuelta, disputando puestos europeos.

Podrá triunfar o no en nuestro equipo, pero no olvidemos que es un centrocampista organizador, posición de la que carecemos y viene con la carta de libertad. Además si viene aquí es para volver a ponerse a las órdenes de Jiménez, una motivación extra para él. Y en caso de no funcionar siempre será un sustituto de garantías para evitar que Apoño se sobrecargue en exceso.